Por ello, su descubrimiento mereció el favor de la población al comprobar las enormes aplicaciones que aportaban las distintas variedades descubiertas. El hombre lo recibió con júbilo, pues supuso un gran descubrimiento para sustituir a los tradicionalmente consumidos.
En una primera clasificación, se dividieron en Termoplásticos y Termoestables, siendo los primeros los que merecieron una mayor aplicación e interés industrial y que como su nombre indica, se deforman al aplicarles calor, adquiriendo forma estable al enfriarse.
Fueron años de gran aceptación y desarrollo de la industria química y el hombre convivió con el nuevo material valiéndose de sus magníficas características y aprovechándose de ellas para su prosperidad.
Pero se olvidó de algo importantísimo, muestra de desagradecimiento con la naturaleza: EL RECICLAJE. Se olvidó de RECUPERAR los restos que en forma de DESPERDICIOS son REUTILIZABLES perfectamente y que sin duda, contribuirían a evitar esas fosas marinas que dicen que existen donde los residuos plásticos se cuentan por miles de toneladas, que son alimento de peces, los cuales a su vez sirven de alimento al ser humano.
Muchas materias son REPROCESABLES si nos detenemos en nuestro andar diario, las recogemos del suelo y las depositamos en el contenedor debido; pero iayi nos falta CONCIENCIACIÓN debida para no tirar un chicle al suelo, recoger una bolsa de plástico que el viento hará volar hasta el mar o depositar en el cubo de los residuos orgánicos una huevera de plástico.
Así que menos rasgarnos las vestiduras pregonando la maldad del plástico y sí echar las peladuras de la naranja en la bolsa correcta. Y QUE SIGA VIVIENDO EL "PLÁSTICO" porque si no, tampoco tendremos pinos ni eucaliptus suficientes, aunque leamos el periódico "on line" para ahorrar celulosa.
Jesús Lavín
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